Lo que debería ser una tarea sencilla, lamentablemente no lo es. Y es que cuando un usuario necesita ver a su médico de familia, se inicia un camino largo y complejo que no siempre acaba bien. Aunque es justo remarcar que hay muchos profesionales y equipos con resultados de accesibilidad excelentes, lo cierto es que los pacientes perciben demasiadas trabas para conseguir una visita presencial y el problema ha adquirido ya una magnitud considerable[1].
¿Y quiénes son los afectados de esta barrera de acceso a la atención médica? Por una parte, los usuarios, que se ven obligados a buscar vías de acceso alternativas como servicios o consultas de urgencias; y por otra, los propios miembros del equipo de atención primaria que no disponen de espacios para programar seguimientos de pacientes y les resulta altamente complejo gestionar las demanda.
Veamos algunos factores que puedan explicar las causas de esta situación:
- La demanda es ahora más compleja: la creciente población y el envejecimiento demográfico nos han traído mayor nivel de complejidad a las consultas de atención primaria. Acuden más pacientes en situación de descompensación aguda y con problemas crónicos de salud. En algunos casos se requieren tiempos de consulta más largos o seguimientos más frecuentes, lo que puede ocupar más espacio asistencial en las agendas de los médicos reduciendo así la disponibilidad.
- La oferta de visitas del profesional es, a veces, insuficiente: muchos equipos sacrifican días completos de la agenda de sus profesionales y los destinan a atender “falsas urgencias” que se podrían programar y demorar si existieran espacios en las agendas en un tiempo razonable. Además, estas “urgencias organizativas” se suelen asignar aleatoriamente a los profesionales que se encuentran trabajando en ese turno, de modo que el paciente muchas veces acaba siendo atendido por un profesional que no conoce su caso.
- La consulta está repleta de prácticas con escaso valor: existen un gran número de prácticas clínicas que aplicamos en las consultas por simple inercia, que han sido evaluadas y han demostrado su ausencia de valor clínico[2]. Estas prácticas generan nuevas demandas que ocupan espacio asistencial y empeoran la accesibilidad al médico de familia.
- La carga de trabajo burocrático ocupa demasiado tiempo: Los médicos de familia a menudo tienen pesadas agendas de trabajo repletas de tareas administrativas que podrían resolverse de otra forma o por otros miembros del equipo.
- La atención especializada responde con lentitud: los tiempos de espera para valoración del paciente derivado a la atención especializada pueden ser largos. Lo mismo ocurre con las pruebas o con la lista de espera quirúrgica. Esta respuesta tardía conlleva un mayor número de consultas a los centros de primaria en relación con el proceso de salud, que ocupan innumerables espacios en las agendas.
- Ya no quedan médicos de familia: la falta de nuevos médicos de familia, el volumen de jubilaciones, y el abandono de la atención primaria para trabajar en otros ámbitos, es preocupante. La cobertura de las ausencias y las bajas de los facultativos se hace difícil y en muchas ocasiones se aplican estrategias de supervivencia cerrando la actividad programada y centrándose en la demanda del día, generando nuevamente falsas urgencias. Este problema tiene aún más impacto en entornos no urbanos e indudablemente compromete la accesibilidad de los equipos de salud.
Y ¿qué puede hacer un equipo de primaria para mejorar la situación? Pues lamentablemente, las soluciones universales no existen. La estrategia pasa por modificar aquellos elementos organizativos que estén a su alcance y pactar fórmulas con cada profesional.
Veamos los 5 pasos imprescindibles que puedes seguir para mejorar la accesibilidad:
- Equilibra las cargas de trabajo de los diferentes profesionales: la revisión periódica de los pacientes asignados a cada profesional en función de su grado de complejidad es un paso necesario para evitar sobrecargas. También es importante dimensionar bien los profesionales de cada turno de trabajo y distribuirlos bajo criterios de equidad.
- Se flexible y adapta la organización a los periodos de alta demanda: en algunas épocas del año, coincidiendo con la mayor circulación de virus, se incrementan las consultas por patología aguda y las descompensaciones de patologías crónicas. Un equipo de primaria flexible con esquemas de trabajo adaptados a las épocas de alta o baja demanda podrá mejorar la accesibilidad de los pacientes y combatir la sobrecarga laboral de los periodos invernales.
- Cuantifica y dimensiona correctamente la oferta de visitas disponibles: Y ¿cuántas visitas son necesarias? Pues depende del patrón de uso de la población y las características del profesional. En cualquier caso, lo inteligente es pactar la meta de accesibilidad con el profesional y con todo el equipo y ofrecer la posibilidad de que modifiquen la oferta de visitas para llegar al objetivo fijado.
- Implementa estrategias de Right Care: es urgente revisar todas aquellas prácticas clínicas sin sentido que inundan la consulta. El análisis cualitativo y cuantitativo permite detectar áreas de mejora y construir microproyectos que generen valor. En el rediseño de procesos, la incorporación de nuevos roles profesionales y la ampliación de competencias de todos los miembros del equipo pueden mejorar la resolución y, por tanto, la accesibilidad.
- Lidera el equipo desde el propósito: todos necesitamos un objetivo al que llegar y para ello son necesarios líderes que sean capaces de conectar a los profesionales con el propósito que les llevó a la atención primaria[3]. Reconectar con el arte de la medicina familiar, es básico para entender el alto valor que supone la accesibilidad para cualquier sistema de salud[4].
En conclusión, aunque el camino puede ser difícil, vale la pena recorrerlo. Construir una cultura de equipo basada en el método de prueba-error e implementar medidas nuevas y transgresoras es fundamental para avanzar. Y pese a las resistencias iniciales propias de cualquier cambio, lo cierto es que los profesionales de los equipos mejor organizados trabajan de manera más ordenada y son más felices. Solo por eso, ¡vale la pena intentarlo!
Referencias
[1] Encuesta PLAENSA 2021. Atenció Primària Catalunya.
[3] Lleó A et al. Purpose Strength Project: evidencias empíricas sobre la implantación del propósito corporativo. IESE Marzo 2022.
[4] Zigmond D, 2022. It is so difficult to see your GP because family doctors are now nearly extinct. BMJ, 376.