Annemie Struyf, una conocida periodista de Países Bajos, realizó en 2015 un reportaje sobre el día a día de una Unidad de Cuidados Intensivos donde entrevistaba a pacientes, familiares y profesionales sanitarios. Viviane, una paciente que había sufrido muchas complicaciones a raíz de una sepsis, unas semanas después de despertarse del coma mantuvo una conversación con profundidad con la periodista en la que le contaba, entre otras cosas, como poco a poco había aprendido a disfrutar de pequeñas cosas. Entonces la periodista le preguntó que le gustaría volver a probar, a lo que ella respondió un mango. Al cabo de un rato, Annemie volvió a la habitación de Viviane con un regalo: ¡un mango! La paciente emocionada se comió la fruta disfrutando cada pedacito.
Este reportaje fue el catalizador del movimiento Mangomoments[1] que lidera Kris Vanhaecht, profesor e investigador de servicios de salud y jefe de investigación de calidad y seguridad en el Instituto de Política Sanitaria de la KU Leuven en Bélgica.
Como define Kris Vanhaecht, el mangomoment es un momento de gran valor provocado por pequeños gestos inesperados que requieren de poco tiempo, poco o nada gasto y poco esfuerzo, dicho de otro modo: “pequeños actos de amabilidad y liderazgo”.[2]
El modelo Mangomoment se sostiene en un estudio llevado a cabo con 1000 historias recogidas desde las redes sociales de profesionales, pacientes y familiares describiendo momentos que podrían encajar con la descripción de mangomomento.[3] A partir de ese reclutamiento los autores realizaron 120 entrevistas en profundidad, 3 grupos focales y una reunión de consenso.
El estudio reconoce varias condiciones previas a nivel de pacientes y familiares, profesionales sanitarios y liderazgo de las organizaciones. Para cada una de estas condiciones se identificaron catalizadores que favorecen la presencia de mangomoments.
Los momentos mango producen una mejora de la experiencia del paciente y su familia, una mejora de la adherencia al tratamiento y también una percepción positiva sobre el proceso de curación. También impacta sobre los profesionales produciendo un mejor clima laboral y menos bournout. Esto genera lo que llaman “resonancia positiva” que se define como una relación de confianza entre el paciente y los profesionales que mejora la tolerancia frente a experiencias negativas, manteniendo una comunicación más fluida y en un entorno seguro.
Figura 1. Modelo Mangomoment
Fuente: Vanhaecht K et al, 2020
La conclusión que quizás sorprende más es que tanto pacientes como profesionales se sienten más leales a la organización sanitaria a la que pertenecen. Por tanto el liderazgo debe saber preparar las condiciones previas y los catalizadores para favorecer que se produzcan “pequeños actos de amabilidad y liderazgo” si quieren obtener mejores resultados.
En el fondo, muchos de nosotros hemos vivido mangomomentos, pero siempre nos lo hemos tomado como ”la cereza del pastel”. Ahora parece que podrían ser mucho más.
Referencias
[1] https://mangomoment.org/en/het-mangomoment/
[2] Vanhaecht K, Lee TH. The Mangomoment: Small Acts of Health Care Kindness and Leadership. NEJM Catalyst Innovations in Care Delivery. 2024 Jan 10;5(1).
[3] Vanhaecht K, Van Bael E, Coeckelberghs E, Van der Auwera C, Claessens F, Bruyneel L, De Ridder D, Panella M, Bisognano M, Delgado PL, Seys D. (2020). Mangomoments – preconditions and impact on patients and families, healthcare professionals and organisations: a multi-method study in Flemish hospitals. BMJ Open.