La armonía del cuidado: eficiencia y compasión en la atención a la edad dorada

25/03/2024

En el atardecer de la vida, Bergman nos invita a contemplar el envejecer como una ascensión: las fuerzas pueden menguar, pero la mirada es más amplia, libre y serena. Así es como debemos abordar la atención a nuestros mayores, reconociendo la amplia panorámica que nos ofrecen, una que está teñida de libertad y serenidad.

Es desde esta comprensión profunda donde debemos situar nuestra respuesta a los desafíos que presenta el envejecimiento de la población. Este entendimiento nos lleva, inevitablemente, a la urgencia de la innovación en la atención sanitaria, un tema que clama por una reflexión profunda y transformadora.

Frente al envejecimiento inapelable de la población, el aumento de la cronicidad y la presión creciente sobre nuestros sistemas de salud, se impone una redefinición de las coberturas y la mejora de los procesos asistenciales para nuestros ancianos[1]. No es solo un objetivo deseable; es un imperativo ineludible, una misión impregnada de la más pura pragmática humanista.

Y para ello, se torna imprescindible adoptar enfoques que no solo sean innovadores, sino que también irradien eficiencia y humanidad.

En este entorno, es fundamental recalcar la importancia de una atención que no solo satisfaga las necesidades clínicas, sino que también abrace la calidad de la experiencia y la dignidad del paciente, características indiciarias de un sistema de salud que escucha, que se adapta y que está vivo. En un mundo en constante cambio, donde las enfermedades evolucionan y las expectativas de los pacientes se expanden, la capacidad de los sistemas sanitarios para renovarse con soluciones creativas y efectivas es una medida de su vitalidad y su compromiso con el bienestar de la sociedad.

La adopción de enfoques innovadores, por tanto, no es solo una respuesta a una necesidad logística o económica, sino una declaración de principios, un compromiso ético con la mejora continua que pone de manifiesto nuestra resiliencia y nuestra capacidad para cuidar.

El impacto de Lean Management: simplificar para crecer

Uno de estos enfoques es, sin duda alguna, el que aporta la metodología Lean Management, una filosofía de eficiencia que tiene su origen en el sector industrial y cuyos principios se centran en maximizar el valor al cliente –en este caso, el paciente– minimizando los desperdicios y que ha encontrado en la salud un terreno fértil.[2]

Una disciplina que toma cuerpo en el baile entre la eficiencia y la calidad, un ejercicio de estilo que busca la elegancia en la simplicidad. Sus principios de eliminación de desperdicios y optimización de procesos se traducen en una atención al paciente más ágil y centrada[3], donde cada paso innecesario se descarta como un adorno superfluo. La mejora continua es el compás de este baile, una melodía que invita a sanitarios y administradores a ser tanto artesanos como custodios de la salud. En el escenario de la medicina, donde cada minuto cuenta y cada gesto puede aliviar, Lean Management propone una coreografía meticulosa, donde la compasión y la innovación van de la mano.

La aplicación de esta danza al cuidado de nuestros mayores, ese estrato demográfico que sostiene la historia y la experiencia de nuestra sociedad, es todavía un terreno por explorar, rico en potencial; como el diamante verde de Dresde emergiendo de entre las rocas, así aparecen en ocasiones iniciativas de innovación y compromiso humanista, dispuestas a redibujar el mapa de la atención sanitaria con la precisión de un artesano y la visión de un soñador.

El proyecto SENEX

Un ejemplo de la aplicación de Lean Management al cuidado de los mayores es el Proyecto SENEX.  Desarrollado en la Unidad de Atención a Residencias del Consorci d’Atenció Primària Barcelona Esquerra (CAPSBE) y vehiculado desde la Dirección Estrategia y Planificación del Hospital Clínic Barcelona, trata de desafiar las convenciones establecidas proponiendo un nuevo paradigma en el cuidado de los mayores desde un leitmotiv clínico y humanístico.

La esencia de SENEX reside en su enfoque práctico y, a la vez, profundamente sensible y humano. El equipo adapta los principios de Lean Management a la atención geriátrica coordinada desde la atención primaria. Esta adaptación es una rearticulación bajo el prisma de la, a veces olvidada, salud comunitaria de los procesos de cuidado que coloca al paciente y su dignidad en el centro de toda acción y que nos invita a contemplar la atención sanitaria no solo como un servicio, sino como un arte, donde la eficiencia y la humanidad se entrelazan para crear una experiencia de cuidado significativa y respetuosa.

En la experiencia SENEX, la mejora continua y la eliminación de desperdicios trascienden el ámbito operativo para convertirse en vehículos de empatía y respeto hacia nuestros mayores, convirtiéndose en testimonio de que la innovación en la gestión sanitaria puede y debe ir de la mano con un profundo respeto por la dignidad humana.

La implementación de Lean en la Unidad de Atención a Residencias de CAPSBE ha demostrado que incluso en las etapas más tempranas, los beneficios son tangibles y significativos. Entre las actividades llevadas a cabo durante el proyecto caben destacar, entre otras, observaciones directas para la identificación de patrones de desplazamiento del equipo de trabajo, cálculo fidedigno del tiempo disponible para la realización de las valoraciones geriátricas y de su relación con el tiempo empleado con anterioridad, definición del mapa de valor del proceso para el análisis, diseño y gestión del flujo de realización de tareas con el objetivo de lograr una correcta identificación del paciente crónico complejo y con enfermedad crónica avanzada, fijación de objetivos de proyecto precisos y plausibles, análisis causa-raíz de los puntos de mejora identificados, proposición de medidas de abordaje de dichos puntos y el establecimiento de un plan de trabajo detallado para subsanarlos haciendo hincapié en la consolidación de indicadores de proceso y resultado representativos y factibles. Y, todo ello desde una perspectiva cuali-cuantitativa y situando siempre al paciente en el centro[4].

Los resultados preliminares del proyecto SENEX son alentadores: mejora en la calidad de la atención con la disminución de número de visitas realizadas, el cumplimiento en tiempo y forma de los porcentajes de identificaciones establecidos como objetivo, y una mayor satisfacción percibida tanto en pacientes como en profesionales. Aún en la fase de desarrollo de las medidas propuestas, el proyecto ya ha dejado entrever una mejora significativa. Esto lo convierte en un testimonio poderoso del potencial de esta metodología para acoplarse y mejorar también la atención geriátrica del anciano institucionalizado. Un testimonio que no podemos darnos el lujo de ignorar.

No obstante, la adopción de metodologías empresariales en la gestión de la salud ha encontrado a menudo voces escépticas. Los críticos señalan que la calidez del cuidado humano difícilmente puede destilarse en fríos procesos y métricas. Hay una preocupación genuina de que el alma del cuidado pueda perderse entre los eslabones de una cadena de eficiencia. Sin embargo, estas contemplaciones algo más recelosas pueden ser el prisma a través del cual se refina la aplicación de Lean en el ámbito sanitario. Este sistema, cuando se adapta con sensibilidad, no solo supera las preocupaciones, sino que también amplía su propósito. Lean Management, correctamente interpretado, es un catalizador para el cuidado empático, no su antagonista.

Armonizar: misión posible

Alinear la eficiencia y la humanización del servicio es una tarea de traducción, donde se debe entender que la eliminación de desperdicios no tiene un fin mercantilista, sino que es una manera de honrar el tiempo y el bienestar del paciente[5]. Así, Lean se convierte en un idioma en el que la calidad del cuidado habla con la claridad de la eficiencia, y la compasión se convierte en la métrica más preciada. Por todo ello, el Proyecto SENEX en su esencia, no es un fin sino un prometedor comienzo que nos invita a soñar con una transformación más amplia dentro del universo de la atención sanitaria, en especial en áreas a veces no tan atendidas por el sistema.

Imaginemos por un momento que esta metodología se extiende como una marea, alcanzando cada rincón, cada circuito, cada proceso. La visión es audaz: un sistema de atención al anciano institucionalizado y más allá, una ordenación sanitaria donde la mejora continua no es solo un lema, sino el latido de su corazón.

En este futuro, la cultura de mejora continua se convierte en el ADN de cada hospital, de cada centro de salud, de cada clínica. Se cultiva y se fomenta desde las aulas universitarias hasta las salas de juntas, permeando todos los niveles de decisión y acción. La mejora no es impuesta, sino que brota naturalmente del compromiso y la pasión de los profesionales por su labor. Esta visión de futuro requiere más que una implementación metodológica; demanda un cambio cultural, una evolución en la mentalidad de los profesionales de la salud y de la administración. Se trata de crear un ecosistema donde la innovación y la compasión sean las piedras angulares de todos los procesos, donde cada miembro del equipo no solo está capacitado para identificar oportunidades de mejora, sino que también se siente empoderado y motivado para actuar en consecuencia.

En el concierto de la sanidad, donde cada nota cuenta y cada silencio habla, hacemos un llamado a los profesionales de la salud, a los gestores sanitarios y a los políticos: es momento de coreografiar una nueva danza, de considerar y adoptar metodologías innovadoras. Este no es solo un llamado a la eficiencia, sino a la reinvención de nuestro sistema de salud con un compás más humano y sostenible.

La formación continua, la inversión consciente y una genuina apertura al cambio son los pilares sobre los cuales podemos construir una mejor atención sanitaria. Se trata de un proceso que no solo se aprende, sino que se vive; un proceso que no solo se financia, sino que se cultiva. Invitamos a cada miembro de nuestra comunidad sanitaria a ser parte de esta transformación, a ser el cambio que quieren ver en los pasillos de los hospitales, en las salas de espera, en las miradas de los pacientes.

La salud de mañana se siembra con las decisiones de hoy. Hagamos que nuestras decisiones cuenten, que nuestros actos hablen, que nuestra atención cure no solo en la eficiencia de los procedimientos, sino también en la calidez de los cuidados. La atención sanitaria puede y debe ser una sinfonía de excelencia y empatía; es hora de levantar la batuta y dirigir esa melodía hacia el futuro.


Referencias

[1] Menéndez-Colino R, et al. La Geriatría de Enlace con residencias en la época de la COVID-19. Un nuevo modelo de coordinación que ha llegado para quedarse. Rev Esp Geriatr Gerontol. 2021.

[2] Ochoa de Echagüen, A. La urgente transformación hacia organizaciones sanitarias eficientes y de calidad: el método Lean. Observatorio La gestión importa. 21 de marzo de 2023. http://lagestioimporta.cat/arees/la-urgente-transformacion-hacia-organizaciones-sanitarias-eficientes-y-de-calidad-el-metodo-lean/?lang=es

[3] Womack JP, Jones DT, Roos D. The Machine That Changed the World: The Story of Lean Production. Harper Perennial; 1991.

[4] Graban M. Lean Hospitals: Improving Quality, Patient Safety, and Employee Satisfaction. New York: Productivity Press; 2008.

[5] Mazzocato P, Savage C, Brommels M, Aronsson H, Thor J. Lean thinking in healthcare: a realist review of the literature. Qual Saf Health Care. 2010;19(5):376-382.

Foto de Danie Franco

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