
En un estudio llevado a cabo en el Reino Unido y publicado recientemente[1], se analiza la prescripción para comprender la prevalencia y patrones de desprescripción en pacientes en fase terminal. Se evaluaron seis clases principales de medicamentos preventivos para determinar cómo se toman las decisiones clínicas en la etapa final de la vida. La desprescripción se observó en un número reducido de pacientes. Los medicamentos más frecuentemente desprescritos fueron los antihipertensivos, seguidos de los antiagregantes y los antidiabéticos.
Los resultados del estudio de Hickman y colaboradores, sugieren que la desprescripción no es una práctica común en pacientes con pronóstico terminal, lo que podría contribuir a una menor calidad de vida en los últimos meses de vida. Subrayan una falta de guías específicas que podría estar perpetuando una carga innecesaria de medicamentos en la atención paliativa.
Comentario crítico
Los pacientes con múltiples enfermedades crónicas suelen experimentar una calidad de vida reducida, malos resultados de salud y mayor mortalidad. Además, la polifarmacia, definida como el uso de cinco o más medicamentos, está asociada con interacciones farmacológicas adversas, aumento de la carga de medicamentos y baja adherencia al tratamiento. La complejidad del tratamiento muchas veces dificulta la adherencia, lo que puede comprometer la eficacia del tratamiento. La desprescripción de medicamentos preventivos en pacientes paliativos con múltiples enfermedades crónicas es crucial en la optimización del cuidado al final de la vida.
En la práctica clínica, la atención a pacientes con múltiples enfermedades crónicas y la necesidad de abordar episodios agudos a menudo relegan a un segundo plano la farmacovigilancia y la desprescripción. Esto se debe a que las guías clínicas para enfermedades específicas no siempre consideran el contexto de múltiples patologías. Sin embargo, en pacientes en fase terminal, es esencial equilibrar los riesgos de la inercia terapéutica con los del sobretratamiento. La desprescripción en estos casos implica la retirada de medicamentos innecesarios con el objetivo de minimizar la polifarmacia y mejorar la calidad de vida. Tener como estrategia los objetivos en cuanto a valor que se pretenden obtener son cruciales. Básicamente, se trata de centrarse en lo importante. En este caso, la prioridad es el confort y el control de síntomas.
A pesar de la creciente atención sobre la desprescripción, existe poca evidencia sobre su impacto. El modelo biomédico predominante fomenta la prescripción siguiendo guías de enfermedades individuales, sin considerar las comorbilidades de los pacientes, la toma de decisiones compartida y con resistencia a suspender tratamientos iniciados por otros profesionales.
Reducir o suspender medicamentos potencialmente nocivos ofrece beneficios tanto para el paciente como para el sistema de salud. Sin embargo, existen numerosos obstáculos, como la falta de guías basadas en evidencia y la preocupación sobre la seguridad de la desprescripción. Algunas revisiones sistemáticas identifican barreras tanto desde la perspectiva de los profesionales de la salud como desde la de los pacientes y sus familiares. Mientras los pacientes y familiares suelen estar dispuestos a reducir la carga farmacológica, los profesionales, en especial los médicos, muestran mayor reticencia, particularmente en lo que respecta a la desprescripción de medicamentos preventivos. Además, los temores legales ante posibles efectos adversos tras la retirada de un medicamento refuerzan esta resistencia.
Los profesionales sanitarios se enfrentan a importantes desafíos en la fase terminal debido a la incertidumbre clínica, la falta de directrices específicas y la complejidad de los objetivos terapéuticos. La toma de decisiones sobre desprescripción debe realizarse de manera individualizada, considerando las preferencias y valores del paciente y sus familiares de manera integral. A pesar del creciente interés por la desprescripción, especialmente en pacientes con enfermedades avanzadas, la evidencia sobre la frecuencia de estas intervenciones sigue siendo limitada, en particular en lo que respecta a los medicamentos preventivos utilizados para condiciones crónicas.
Conclusión
En pacientes con múltiples enfermedades crónicas, la polifarmacia impacta negativamente su calidad de vida y aumenta la mortalidad. La desprescripción, crucial en cuidados paliativos, enfrenta barreras como la falta de guías y la resistencia de profesionales, a pesar de los beneficios potenciales para el paciente y el sistema de salud. Centrarse en el confort y control de síntomas es prioritario al final de la vida.
Referencias
[1] Hickman, E., Gillies, C., Khunti, K., & Seidu, S. (2025). Deprescribing of preventive medications in palliative care patients living with multiple long-term conditions in their final 12 months of life: A retrospective cohort Clinical Practice Research Datalink study. Primary care diabetes, S1751-9918(25)00078-6. Advance online publication. https://doi.org/10.1016/j.pcd.2025.03.005
Foto de Michał Parzuchowski