El presente y futuro de la telemedicina. ¿Realidad o ficción?

10/01/2022

Antes de la pandemia del covid-19, un estudio sobre la eConsulta en los centros de atención primaria de Cataluña concluyó que se evitan el 88% de visitas presenciales[1] de las que la gran mayoría son visitas múltiples de pacientes crónicos.  A su vez, múltiples estudios demuestran que el uso de la telemedicina, y sobre todo si ésta se realiza a través de mensajería instantánea, reduce de forma muy considerable los costes del servicio médico, siendo el coste de atender por mensajería un 2% de una visita a urgencias.[2]

Además, la telemedicina también sirve para una orientación rápida en caso de urgencias puesto que permite una atención rápida para evaluar la urgencia de la consulta, así como resolver el 75% de los casos sin requerir visita a urgencias. También se observó una reducción significativa de las visitas a urgencias y una reducción en 44 minutos en tiempo de ambulancia.

Por último, la experiencia que tiene el paciente o sus familiares en la visita médica virtual es generalmente muy satisfactoria, tanto en la atención primaria como también en la atención hospitalaria.[3],[4] En un estudio que se hizo en Irlanda sobre consultas digitales en el departamento de traumatología quirúrgica, se vio que el 97% de los pacientes tratados de forma virtual estuvieron muy satisfechos con su interacción.

Los beneficios de la telemedicina son claros incluso antes de la epidemia covid-19.

¿Por qué entonces todavía su uso sigue siendo residual? ¿Qué impacto ha tenido el covid-19 en la implantación de la telemedicina en el servicio de salud público?

Antes de entrar en mayor detalle en el impacto que ha tenido la telemedicina en la pandemia, es bueno profundizar en las limitaciones que tiene la innovación en el sistema sanitario. Aunque el sector sanitario es uno de los sectores más relevantes a nivel mundial por nivel de facturación e impacto en la población, sigue estando muy retrasado en el uso de la tecnología y la digitalización y esto se debe a circunstancias específicas de este sector.

De todos los retos, el hecho de ser uno de los sectores más regulados impide aplicar iniciativas con la misma intensidad que otros sectores. Por otra parte, uno de los elementos más importantes para validar si una iniciativa funciona es probar que se vende el producto. En el sistema sanitario es mucho más complicado, puesto que el “cliente” no es el beneficiario de la solución. Es decir, el paciente y el médico normalmente no son los que pagan directamente por utilizar estos servicios y no son los decisores, sino que son los servicios públicos a través de impuestos y las consejerías de salud.

Por eso, a pesar de los grandes beneficios de la telemedicina, hasta la llegada de la pandemia, donde la telemedicina ha sido esencial para evitar el contagio por parte del médico y del paciente, no se ha implantado.

Sin embargo, esta reflexión también debe hacernos pensar qué pasa una vez la pandemia ya no esté aquí.

¿Volveremos a cómo estábamos antes o finalmente la comunicación digital en salud se abrirá paso como en el resto de sectores?

Durante la pandemia, tanto el sector de salud público como el privado vieron un incremento muy significativo del uso de la telemedicina, en la mayoría de casos de forma bastante descoordinada y donde muy a menudo, la herramienta más utilizada para realizar estas consultas fue la llamada telefónica. Para entender la magnitud del cambio que introdujo la pandemia, un informe de Deloitte asegura que en España antes de la pandemia 9 de cada 10 visitas al médico eran presenciales.[5] Mientras, durante los meses de confinamiento, la telemedicina fue la única opción para la mayoría de los pacientes.

También es cierto que justo después del confinamiento y durante todo el 2021 se ha visto una clara reducción de las visitas virtuales volviéndose a imponer la visita física como la más relevante en sanidad. No ha sido así por ejemplo en salud mental, donde las consultas y la terapia digital con psicólogos ya se ha mantenido como el canal mayoritario de comunicación.

Los datos que tenemos actualmente a disposición demuestran que la telemedicina está en aumento y va a seguir así. Aunque todavía sigue siendo marginal, pero creciente, la pandemia ha permitido a profesionales de salud y pacientes probar esta modalidad de comunicación por llamada, mensajería y videoconsulta. Se espera que en todo el mundo las consultas médicas virtuales pasen del 1% al 5% a partir de 2021. Aunque parezca muy bajo, hay que tener en cuenta que sólo en 2019 se atendieron más de 8.500 millones de consultas médicas en la OCDE y supuso 500.000 millones de dólares americanos.

Por otro lado, la Comunidad Europea ha puesto a disposición en los países con mayor afectación del covid-19 los fondos Europeos Next Generation que empezarán a estar disponibles a partir de enero de 2022. Una parte de estos fondos están dedicados a la digitalización del sector sanitario y estarán disponibles sobre todo para el servicio público, así como a través de consorcios público-privados.

Los consumidores más digitales serán los nuevos pacientes del futuro.

Teniendo en cuenta que pandemias como el covid-19 pueden volver a aparecer en un futuro próximo, debido al mundo globalizado en el que vivimos y que uno de los factores que generaban más fricción en el uso de la telemedicina era que el paciente estaba poco digitalizado, se espera que la demanda de este tipo de comunicación sea mucho mayor, como se ha visto en todo el resto de sectores más clásicos, como la banca y el sector asegurador.

Sin embargo, si la consulta digital en el sector sanitario quiere implementarse de forma exitosa, esto implica un cambio de paradigma importante. Un sistema de consultas digitales basado en cita previa y videoconsulta no será suficiente para el aumento de la demanda que viene por el envejecimiento de la población. Es esencial realizar un cambio de mentalidad y que los gestores que están liderando las áreas de salud abran sus puertas a sistemas más eficientes y adaptados a la realidad de la comunicación digital donde la bidireccionalidad y la comunicación no sincrónica por mensajería sean mayoritarias.


Referencias

[1] Un estudi sobre l’eConsulta liderat des de Capellades conclou que aquesta plataforma evita un 88 % de visites presencials als centres d’atenció primària segons uns motius de consulta definits. Institut Català de la Salut. 30 de gener de 2021. http://ics.gencat.cat/es/detall/noticia/GTCC_CAP_Capellades_eConsulta

[2] Werley J. How chats with doctors are saving Kaiser members $5M per year. Denver Business Journal. 5 July 2019. https://www.bizjournals.com/denver/news/2019/07/05/kaiser-permanente-doctor-chats.html

[3] Marko KI, Ganju N, Krapf JM, Gaba ND, Brown JA, Benham JJ, Oh J, Richards LM, Meltzer AC. A mobile prenatal care app to reduce in-person visits: prospective controlled trial. JMIR mHealth and uHealth. 2019 May 1;7(5):e10520. https://mhealth.jmir.org/2019/5/e10520/

[4] Waibel KH, Cain SM, Huml-VanZile M, Kreciewski N, Hall TE, Nelson K, Everitt-Johnson L, Black I, Keen RS. Section 718 (Telemedicine): virtual health outcomes from regional health command Europe. Military medicine. 2019 Mar 1;184(Supplement_1):48-56. https://www.researchgate.net/publication/332319185_Section_718_Telemedicine_Virtual_Health_Outcomes_From_Regional_Health_Command_Europe

[5] Deloitte. Presente y futuro de la Salud Virtual. Desafíos y enfoques de solución. Octubre 2021. https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/bo/Documents/consultoria/bo-2021-salud-virtual.pdf

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