Decir que estás buscando una información en una enciclopedia o que sientes música en una cassette a una parte cada vez más importante de la audiencia le parecerá un elemento esotérico, arcaico o, incluso, ininteligible. Quizá ocurra lo mismo si hablamos de Johan Cruyff (1947-2016). Para mí es el mejor jugador/entrenador de fútbol que he conocido. Hace cincuenta años que llegó a Barcelona. Mis vínculos emocionales con Cruyff son los de la victoria después de la resistencia. En 1960 el Barça ganó la Liga. El entrenador era Helenio Herrera (1910-1997). Ese año empecé los estudios primarios, tenía 7 años. El Barça no ganó otra liga hasta 1974 gracias a Cruyff. Yo ya era mayor de edad en ese momento y cursaba tercero de Medicina. Catorce años sin una liga y sin deserción alguna, por cierto. En mi clase había un par de “periquitos” y algún madridista camuflado, el resto éramos “culés”. Pese a la travesía (muy larga) del desierto, nadie abandonó el interés por el Barça. Quizás este hecho sea una buena definición de resiliencia.
Basta de nostalgia. Todo esto lo he pensado cuando este verano he leído el libro “Gran Enciclopedia del Barça”[1]. Un libro amable, sesgado y seguramente incompleto, pero muy divertido. Me ha interesado especialmente un apartado en el que definen el “estilo Barça” (págs. 404-407). De una manera simplista (y algo naif) una definición de estilo podría ser: “jugar bien y ganar”. Pero esta definición se refiere más a la teoría que a la práctica. Lo que importa al definir el estilo es el “cómo”. El estilo Barça se basa en tres elementos simples: tener la posesión de la pelota, atacar siempre y mantener la posición. Es evidente que este estilo de juego es inseparable de la figura de Johan Cruyff.
Estas tres ideas pueden aplicarse a una pregunta recurrente: “¿cómo debemos hacerlo para avanzar en el campo de la experiencia de paciente en una institución sanitaria?”. Los tres elementos del estilo Barça podríamos traducirlos al campo de la experiencia de pacientes hablando de conocimiento, más lejos y cooperación.
Conocimiento
La posesión de la pelota es el conocimiento. Sin conocimiento no se puede ir a ninguna parte. Evidentemente el conocimiento no es lo mismo que la información. El conocimiento, en general, pero especialmente cuando lo aplicamos a la experiencia de pacientes, debe ser:
- Provisional: siempre hay cambios. Si no hay cambios, el conocimiento es dogma.
- Abierto: procede de fuentes diversas.
- Ubicuo: hay conocimiento en todas partes.
- Parcial: nadie tiene todo el conocimiento de todo.
- Inalcanzable: por mucho que te esfuerces, nadie puede aspirar a tener todo el conocimiento.
- Inclusivo: contempla la diversidad y las distintas necesidades de las personas.
Hay dos elementos clave. Primero, la curiosidad es el motor más importante en la adquisición del conocimiento. Segundo, nunca existe sobresaturación de conocimiento. Puede haber sobresaturación de información (la “infoxicación” que describía Alfons Cornella), pero no de conocimiento. Nunca acabaremos hartos de conocimiento.
Más lejos
Ir siempre al ataque es imprescindible para ir más lejos. Los versos de Konstandinos Kavafis (1863-1933) son muy explicativos[2]:
Más lejos, siempre vaya más lejos,
más lejos del hoy que ahora te encadena.
Y cuando se libren
vuelva a empezar los nuevos pasos.
Más lejos, siempre mucho más lejos,
más lejos del mañana que ahora ya se avecina.
Y cuando cree que llega, sepa encontrar nuevos senderos.
Un elemento decisivo en todo proyecto es el propósito, el objetivo. Simon Sinek define muy bien los objetivos “finitos” y los “infinitos”[3]. ¿Qué hacemos cuando hemos alcanzado un objetivo “finito”? Por ejemplo, no es lo mismo decir “queremos ir a la luna” (Kennedy, 1962) que decir “queremos liderar la conquista del espacio”. Seguramente, para liderar la conquista del espacio es necesario ir a la luna. Pero no es lo mismo decirlo de una u otra forma.
Los objetivos “finitos”, aunque sean muy importantes, tienen limitaciones. Ir siempre al ataque significa que, cuando logremos un hito, ya estamos pensando otro (“Y cuando creen que llegan, sepan encontrar nuevos senderos”). Ir al ataque significa pensar en objetivos “infinitos”. Un objetivo “finito” sería decir “queremos implementar un proyecto de evaluación de la experiencia de paciente en el Hospital”. Muy pertinente, pero una vez logrado deberemos volver a pensar otra propuesta. En cambio, si el proyecto es “queremos incorporar sistemáticamente las necesidades de las personas a la mejora de los servicios asistenciales” es un proyecto “infinito“, no se acabará nunca. Y, naturalmente, para alcanzar este objetivo quizás debemos empezar por implementar un proyecto de evaluación de la experiencia de paciente.
El conocimiento es imprescindible para ir más lejos. Pero para ir más lejos se necesita añadir otros elementos al conocimiento:
- Constancia: todos los días, 7/7.
- Paciencia: la mayoría de cosas no son immediatas.
- Perseverancia: capacidad para resistir la adversidad.
- Disciplina: a veces hay que hacer cosas importantes aunque no te gusten.
- Rigor: pensar en detalles porque la perfección es una fantasía.
- Mirada larga: siempre se debe observar el horizonte para identificar cambios en el contexto o nuevas aportaciones.
Cooperación
Por último, está el concepto de “mantener las posiciones”. Yo lo traduciría diciendo que nunca jugamos solos y debemos cooperar. La cooperación es un elemento inexcusable para realizar proyectos complejos. De manera general, se reconoce que la cooperación es imprescindible para que los humanos sobrevivan y prosperen[4]. Nadie puede hacerlo todo, solo. Y en muchos casos, además, es necesario cooperar con interlocutores poco habituales. En el campo de la experiencia de pacientes es cada vez más habitual trabajar con diseñadores o arquitectos, aportan ideas muy interesantes desde una perspectiva totalmente diferente. La cooperación efectiva tiene varias características:
- Voluntaria.
- Debe tener valores y objetivos compartidos.
- Mutualista: ganan todos.
- Diversa.
- Fuente de aprendizaje para todos.
- Flexible: respetuosa con los ritmos de cada uno.
- Compasiva: ayuda a quien no puede alcanzar todavía los objetivos.
Alguien podría pensar que todas estas consideraciones son ganas de “cambiar por cambiar”. En absoluto. Las cosas que funcionan (que dan respuesta a las necesidades de las personas) no es necesario cambiarlas. El bolígrafo Bic no ha cambiado en 70 años y nadie se queja. No diré de volver a escuchar música a través de una cassette[5], pero, de vez en cuando, hojear una vieja enciclopedia también es un placer sencillo y asequible.
Si damos vueltas al estilo Barça y la forma de abordar la experiencia de pacientes es porque, en algunos aspectos, la metodología de enfocar los problemas en la práctica clínica no da respuesta a las necesidades de las personas. El estilo Barça puede ayudar a enfocar problemas complejos de una forma diferente. Con el estilo Barça, es más fácil que el motor del cambio sean las necesidades de las personas atendidas, no las de la organización o la tecnología. Pensar en la perspectiva del conocimiento, la idea de ir más lejos y la cooperación también puede ser una buena forma de evaluar si un proyecto va en la dirección apropiada. En muchos campos debemos hacer camino sin mapas y las referencias indirectas son imprescindibles.
Un buen amigo mío (que no es del Barça) me sugiere que el título más apropiado sería “estilo Cruyff”. Por eso quiero acabar haciendo referencia al jugador/entrenador que ha definido un estilo. Hay muchas recopilaciones de frases de Johan Cruyff. Las frases fuera de contexto tienen su valor, pero ésta puede ser útil como conclusión:
“Para jugar bien, necesitas buenos jugadores, pero un buen jugador casi siempre tiene el problema de la falta de eficiencia. Siempre quiere hacer las cosas más bonitas de lo estrictamente necesario”.[6]
Ya lo decían los clásicos: “Nil nimis”, de nada demasiado.
Referencias
[1] La Sotana. La Gran Enciclopèdia del Barça. Barcelona. Blackie Books. 2023.
[2] Ítaca, Catorze Cultura Viva. Lluís Llach lo canta muy bien lo del viaje a Ítaca.
[3] Sinek, Simon. the infinite game simon sinek. London. Penguin Random House UK, 2019.
[4] Editorial. The cooperative human. Nat Hum Behav. 2018;2:427-428.
[5] Mis coetáneos seguro que recuerdan perfectamente la función del bolígrafo Bic para poder girar la cinta de la cassette cuando estaba hecha un lío.
[6] Las mejores frases de Johan Cruyff, Revista Libero.