Mejorar la calidad asistencial en la atención primaria: ¿información o incentivos económicos?

15/09/2025

En las últimas décadas, los sistemas de salud han explorado distintas estrategias para mejorar la calidad asistencial. Una de las grandes preguntas ha sido cómo incentivar a los profesionales sanitarios para garantizar una atención más homogénea, eficiente y orientada a los resultados en salud. Dos estrategias han dominado este debate: proporcionar información en tiempo real sobre indicadores de calidad asistencial u ofrecer incentivos económicos para conseguir determinados objetivos.

Un reciente estudio, publicado en The Lancet Regional Health – Europe, ha analizado cómo estas dos estrategias han impactado en la calidad asistencial a partir de un análisis de serie temporal interrumpido en 272 centros de atención primaria de Cataluña, cubriendo más de 5,6 millones de pacientes. Los investigadores han estudiado 63 indicadores de calidad agrupados en distintas áreas como el control clínico, el seguimiento de pacientes, la prevención cuaternaria, el diagnóstico o la vacunación. La metodología utilizada ha permitido identificar cambios inmediatos después de la implementación de cada estrategia, evaluar su efectividad en el tiempo y analizar si contribuían a reducir las diferencias entre centros.

El estudio revela que tanto la información como los incentivos económicos han tenido un impacto positivo, pero con algunas diferencias sustanciales. La provisión de información en tiempo real a los profesionales sanitarios ha mostrado un efecto significativo en el 75% de los indicadores analizados, con mejoras que han llegado a 19,67 puntos porcentuales de cambio inmediato y un incremento sostenido de 1,09 puntos porcentuales anuales en algunos casos. Además, se ha observado una reducción en la variabilidad entre los distintos centros, haciendo que la calidad asistencial sea más homogénea.

Los incentivos económicos también demostraron ser efectivos, aunque en un porcentaje inferior de casos. El 64% de los indicadores incentivados ha mejorado, con un impacto inmediato de hasta 8,87 puntos porcentuales y un incremento anual en la calidad asistencial de entre 6,66 y 1,25 puntos porcentuales. Esto sugiere que los incentivos económicos pueden mejorar determinadas prácticas asistenciales, pero que su efecto no siempre supera al de la información proporcionada a los profesionales.

Uno de los aspectos más relevantes del estudio es que los indicadores derivados de medidas ya incentivadas han mostrado mejoras más discretas, sólo en el 31% de los casos. Esto indica que crear nuevos indicadores a partir de otros ya existentes no siempre genera un valor añadido significativo y puede dar lugar a un efecto de saturación, en el que los profesionales no responden igual de efectivamente a nuevas medidas sobre aspectos ya previamente incentivados.

Estos hallazgos tienen importantes implicaciones para los sistemas sanitarios. En primer lugar, poner a disposición de los profesionales sistemas digitales de monitorización en tiempo real puede ser una poderosa herramienta para mejorar la calidad asistencial sin necesidad de grandes incentivos económicos. Esto sugiere que la información por sí sola puede actuar como un mecanismo de autoevaluación y autorregulación, haciendo que los profesionales sean más conscientes de su rendimiento y ajusten su práctica en consecuencia. En segundo lugar, los incentivos económicos deberían ser aplicados de forma más estratégica, dirigiéndolos a áreas en las que realmente pueden tener un impacto adicional y no simplemente como una herramienta generalizada de mejora.

En Cataluña, estos resultados podrían servir para redefinir cómo se gestionan las políticas de calidad asistencial en la atención primaria. Una combinación inteligente de información en tiempo real e incentivos bien diseñados podría proporcionar un equilibrio entre efectividad, eficiencia y sostenibilidad garantizando que las mejoras en la calidad asistencial puedan perdurar en el tiempo.

Los resultados del estudio abren el debate sobre cuál es la mejor forma de gestionar los recursos sanitarios para optimizar la calidad asistencial. La aplicación de la inteligencia artificial y el análisis de datos masivos (Big Data) en el ámbito de la salud está abriendo nuevas oportunidades para monitorizar y predecir resultados clínicos con mayor precisión, ayudando a personalizar la toma de decisiones y a mejorar la eficiencia de los servicios sanitarios. Este estudio realizado en Cataluña confirma que la información a tiempo real puede ser tan eficaz como los incentivos económicos en determinados contextos, lo que sugiere que la explotación inteligente de los datos puede convertirse en una herramienta clave para optimizar la calidad asistencial.


Referencias

  1. Esteban-Fabró R, Coma E, Hermosilla E, Méndez-Boo L, Guiriguet C, Facchini G, Nicodemo C, Vidal-Alaball J. Information provision and financial incentives in Catalonia’s public primary care (2010–2019): an interrupted time series analysis. The Lancet Regional Health – Europe, 2024;47: 101102.
  2. Roland M, Guthrie B. Quality and Outcomes Framework: what have we learnt? BMJ. 2016;354.
  3. Coma E, Mora N, Méndez L, et al. Primary care in the time of COVID-19: monitoring the effect of the pandemic and the lockdown measures on 34 quality of care indicators in Catalonia. BMC Fam Pract. 2020;21

Nota del autor: de este texto se ha revisado y ordenado con ayuda de ChatGPT.

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