A las puertas de un nuevo salto tecnológico: reflexiones sobre la escritura, la IA y la práctica médica

10/03/2025

Con la Inteligencia Artificial llamando a nuestras puertas (o quizá ya sentada en nuestro salón), quiero abrir este debate.

La llegada de la historia clínica electrónica y la transición del papel al ordenador en entornos digitales estructurados han supuesto grandes avances. Hemos ganado en almacenamiento ordenado, en capacidad para analizar información clínica y de gestión, y en cierta uniformidad documental. Además, en muchos casos, se ha reducido el tiempo de creación de documentos y se ha evitado la pérdida de información [1].

Para una generación de profesionales, esta transformación ha significado el paso de sistemas artesanales a tecnologías en constante evolución y reemplazo. Sin embargo, también ha traído consigo un efecto colateral: el aumento del tiempo dedicado a la interacción con los sistemas de información en detrimento del tiempo dedicado al paciente[2]. En este blog ya hemos abordado en varias ocasiones cómo estos cambios han impactado tanto a los profesionales como a los pacientes.

Poco podía imaginar, por ejemplo, Larry Tesler, el creador de las funciones “Copiar, Cortar y Pegar” (Ctrl+C, Ctrl+X y Ctrl+V), que su contribución a la eficiencia informática también tendría consecuencias imprevistas en el ámbito sanitario. Algunos estudios han señalado que el uso indiscriminado del “cortar y pegar” ha contribuido al 35,7% de los errores médicos y que restringir esta práctica mejora la calidad de los informes o reduciendo los reingresos hospitalarios a los 14 días[3].

Si profundizamos aún más, encontramos evidencias de que la propia escritura tiene efectos neurológicos distintos dependiendo del medio utilizado[4][5]. La escritura a mano, por ejemplo, ha demostrado tener un impacto más positivo en la memoria en comparación con la escritura en teclado, según un metaanálisis[6].

Ahora, con los potentes motores de búsqueda y también con la IA, podemos analizar, resumir y extraer datos específicos de textos o vídeos de forma automatizada, identificando directamente la información relevante. No obstante, la lectura activa de textos, especialmente cuando están bien estructurados, favorece una mayor comprensión, retención y aprendizaje en comparación con la simple extracción de datos.

Podríamos entrar también a analizar las funciones de rellenado de texto automático marcando casillas, que estandariza el texto de los informes, pero que obvia los matices y anula la integración y la reflexión sobre la experiencia de la entrevista clínica o la exploración física. Se podría debatir también sobre las implicaciones éticas y legales de suscribir un informe en que de forma automática se insertan datos cuyo contenido no ha sido generado por el propio profesional, pero esto lo dejaremos para otro momento.

Eric Topol, en Deep Medicine, afirmaba: “Un médico que pueda ser reemplazado por la inteligencia artificial debería serlo.” Con esta declaración, enfatizaba la importancia de cualidades humanas como la conexión, la empatía y el juicio clínico complejo.

Comparto esta visión, por ello expreso mi preocupación por cómo las herramientas digitales pueden influir en nuestra comprensión real de los problemas de los pacientes, aquellos cuya solución realmente aportan valor. No debería extrañarnos que, en un campo como el médico, donde las bases biológicas, moleculares, genéticas y epigenéticas, junto con el efecto del entorno (modelo biopsicosocial), sustentan el desarrollo y progreso científico—y donde la introducción de nuevos tratamientos exige ensayos clínicos rigurosos—hayamos integrado en nuestro sistema una tecnología que impacta directamente sobre nuestro comportamiento y procesos neurocognitivos sin un análisis más serio.

Quizás, la forma en que obtenemos, almacenamos e interpretamos la información nos aleja de la esencia de la práctica médica. Tal vez el ordenador[7](aparato) no sea el único obstáculo entre nosotros y nuestros pacientes; quizá sean nuestros propios métodos de registro y procesamiento de información también contribuyan a esta desconexión.

Debemos preguntarnos qué lugar deben ocupar las nuevas y antiguas tecnologías en la medicina[8] y cómo impactan en nuestros procesos cognitivos desde una perspectiva social y neurobiológica. No basta con adoptar las herramientas que parecen más eficientes o que tienen el hype del momento; debemos asegurarnos de que realmente mejoren nuestra práctica y refuercen nuestra capacidad de ofrecer una atención médica humanizada y de valor.

Nota del autor: este texto ha sido revisado y ordenado con ayuda de ChatGPT.


Referencias

[1] Chaudhry B, Wang J, Wu S, Maglione M, Mojica W, Roth E, et al. From the SelectedWorks of Shinyi Wu Systematic Review: Impact of Health Information Technology on Quality, Efficiency, and Costs of Medical Care [Internet]. 2006. Available from: http://works.bepress.com/shinyi_wu/6.

[2] Sinsky C, Colligan L, Li L, Prgomet M, Reynolds S, Goeders L, et al. Allocation of physician time in ambulatory practice: A time and motion study in 4 specialties. Ann Intern Med. 2016 Dec 6;165(11):753–60.

[3] Cheng CG, Wu DC, Lu JC, Yu CP, Lin HL, Wang MC, et al. Restricted use of copy and paste in electronic health records potentially improves healthcare quality. Medicine (United States). 2022 Jan 28;101(4):E28644.

[4] Van der Weel FR, Van der Meer ALH. Handwriting but not typewriting leads to widespread brain connectivity: a high-density EEG study with implications for the classroom. Front Psychol. 2023;14.

[5] Troia GA, Brehmer JS, Glause K, Reichmuth HL, Lawrence F. Direct and indirect effects of literacy skills and writing fluency on writing quality across three genres. Educ Sci (Basel). 2020 Nov 1;10(11):1–21.

[6] Lau T. The effect of typewriting vs. handwriting lecture notes on learning: a systematic review and meta-analysis. [Internet]. University of Louisville; 2022. Available from: https://ir.library.louisville.edu/etd/3982.

[7] Agusti A, Pallisa E, Escudero D, Escobar M. JANUS proposals for the improvement of person’s experience in outpatient clinics. Vol. 159, Medicina Clinica. Ediciones Doyma, S.L.; 2022. p. 549–53.

[8] Rubio O, Vila M, Escobar M, Agusti A. How could artificial intelligence improve patient experience in the ambulatory setting? Reflections from the JANUS group. Medicina Clinica. Ediciones Doyma, S.L.; 2024.

Foto de Joshua Earle

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